Con motivo de la jubilación de nuestra querida compañera Celia, nos hemos reunido a comer con ella y a ofrecerle un pequeño homenaje en agradecimiento a su trabajo incondicional, buena labor educativa, compañerismo… y por dejar muchos años de su vida enseñando, que es lo que sabe hacer. Al finalizar, algunos de los numerosos asistentes hemos posado para la posteridad.
La compañera Lucía ha leído un escrito, realizado por ella misma, donde expresaba lo que sentía.
Celia, contenta y emocionada, ha leído una postal escrita por Delfina y María en nombre de todos.
Se le ha hecho entrega de un obsequio y unas flores como recuerdo a este día.
Celia, sabemos que aunque dejes la enseñanza, no dejarás de ser la gran persona que eres y que podremos contar contigo.