Son las 8:00 de la mañana, y como novedad este año nos hemos encontrado todos en el patio del colegio para bajar juntos a la estación del metro (la normativa así lo obliga).
Después de pensar cuál era el camino más corto para llegar y hacer un recuento general, Pepe Calatayud, 27 alumnos de música y grata compañía de Samuel Hermosilla han iniciado esta nueva aventura.
El metro ha sido el medio de transporte elegido en esta ocasión y el camino el habitual: estación de Paterna, transbordo, Alameda. El viaje ha sido tranquilo y sólo se pueden destacar las miradas de Pepe buscando gente que conocía.
Hemos llegado al cauce de Túria y el sol nos invitaba a hacer un alto en el camino para disfrutar del paisaje, de la compañía y de un rato lúdico entre amigos. Alguno ha rodado por el suelo un par de veces. Y Samuel casi se cae después de hacernos la foto. Hemos aprovechado para almorzar y después de varias amenazas Pepe ha conseguido reunirnos a todos par explicarnos una vez más la obra que íbamos a ver y escuchar en el Palau.
Hemos iniciado nuevamente el camino, encontrándonos de vez en cuando a grupos de alumnos que también acudían al Palau. Algunos han aprovechado para hacerse unos selfie con algunas chicas… pero pocas han accedido.
Pepe se ha ido a organizar la entrada a la audición y a su vuelta hemos decidido inmortalizar el momento en la parte delantera del Palau.
A las 11:00 ya estábamos en la puerta de acceso y hemos sido el 3º grupo en entrar al Palau, nos han acompañado hasta el palco central y allí nos hemos sentado para ver el espectáculo.
A la hora prevista el director de la Orquesta de Valencia, Yaron Traub, ha subido al escenario y nos ha explicado de una manera didáctica y divertida la obra de Modest Mussorgsky que íbamos a escuchar: Una noche en el monte pelado. Una obra alegre y divertida donde casi hemos podido ver a las brujas, zombis y demás personajes en una fiesta nocturna y como poco a poco se cansaban.
Después, de nuevo el director, nos ha explicado la siguiente obra: Cuadros de una exposición.
Esta pieza, compuesta por Mussorgsky y orquestalizada por Ravel es un homenaje del autor a su amigo Hartmann (pintor). En ella hemos podido ver, porque se ha teatralizado, cómo 8 personas visitaban la exposición y cómo durante la visita los cuadros tomaban vida.
Para realizar esta coreografía se ha contado con la ayuda de unos 100 alumnos de institutos cercanos junto con 10 figurantes. Cada vez que se repetía La Promenade los visitantes se movían por la sala, y al acabar esta y a un ritmo diferente, los alumnos bailarines nos acercaban al cuadro.
Nos han encantado la Tullerías por la vivacidad de los bailarines con los pompones de colores al ritmo de trompetas, trombones y tubas; también Bydlo donde con maestría hemos visto cómo con la música se puede representar el paso de una carreta de bueyes; y sin duda, como más divertido el Baile de los pollitos en su cascarón.
Sinceramente se nos ha hecho corto, nos ha emocionado, nos ha encantado, los alumnos estaban convencidos de que ellos podían haber sido parte del espectáculo y alguno hasta ha bailado en su asiento imitando la coreografía.
Al salir hemos tenido la posibilidad de saludar, hablar e incluso hacernos una fotografía con Juán António Ramírez, saxofón solista en la orquesta de Valencia para esta obra.
Contentos y felices hemos vuelto paseando hacia el metro, y ahora sí, Pepe ha saludado a varias personas y hasta ha entablado conversación con una chica de la Ribera para sorpresa y risas de los alumnos.
Luego hemos empezado la subida hacia la Escuela Profesional, algunos más enfadados que otros y desde la puerta nos hemos despedido hasta el día siguiente no sin antes discutir sobre el próximo atuendo que nos pondremos para ir todos más guapos y uniformados en la próxima salida.
Os animamos a que escuchéis estas obras de Mussorgsky ya que a nosotros nos han encantado.