¡Qué idea tan divertida! Hacer una versión de «¿Quién es quién?» con los propios niños del aula suena como una excelente manera de fomentar la interacción y el conocimiento entre ellos.
Además, al ser personajes que conocen bien, se divirtieron mucho adivinando y compartiendo cosas sobre sí mismos. Además, el hecho de que el protagonista comparta cosas sobre sí mismo añade un toque personal y ayuda a fortalecer los lazos en el grupo.
¡Fue una experiencia memorable para todos!