En uno de sus juegos, los más pequeños han tenido que buscar los pétalos de algunas flores escondidas en la tierra y lo han conseguido de la mejor manera.
Este tipo de actividades tiene muchos beneficios para el alumnado;
-Contribuye al desarrollo de la psicomotricidad fina, necesitan coordinación y fuerza de todos los músculos de las manos y dedos para coger y expolsar la tierra.
-Conecta al niño con la naturaleza, con la experimentación de la tierra.
-Estimula sus sentidos, ya que trabajar con diferentes elementos de la naturaleza es toda una experiencia multisensorial.
¡Cómo se puede ver, han disfrutado mucho experimentando con nuevas texturas!
